Gardner, plantea que el mundo del futuro demandará 5 tipos de mentes:
- La Mente Disciplinada, capaz de dominar un ámbito de acción.
- La Mente Sintetizadora, aquella capaz de integrar y asociar ideas y contextos.
- La Mente Creativa, a esta me referiré más adelante.
- La Mente Respetuosa es aquella que empatiza con los otros, capaz de vivir en la diferencia, de tolerarla y enriquecerla.
- La Mente Ética es la que imprime una misión en el trabajo para convertirlo en ámbito de realización propia y ajena, especialmente de la comunidad.
Gardner confirma que la creatividad es una capacidad natural en los seres humanos. Y que son las estructuras culturales y sociales las que la merman o la potencian. Por otro lado, Gardner se aleja también de aquella visión que ve la creatividad como un atributo de una personalidad excepcional.
La creatividad, dice Gardner, no es fruto sólo de la genialidad de una persona, sino que es consecuencia de una interacción espontánea entre tres elementos independientes:
- El primero se refiere a la persona que domina algún ámbito de actuación. El expertise que se consigue en la sistematización de conocimiento sobre un aspecto de la vida.
- El segundo, es el contexto cultural donde trabaja esa persona. Una persona puede ser muy original en sus ideas, sin embargo, si no encuentra un contexto laboral que le incentive, terminará por adaptarse a la mediocridad del medio.
- El tercero es el campo social, la capacidad de la sociedad para reconocer la innovación de una persona. La sociedad debe atribuirle valor a las buenas y originales ideas.
Con todo, la mente creadora tiene unas propiedades que la hacen especial y única. Todo creador necesita un mínimo de inteligencia y técnica. La creación no queda al albur de la espontaneidad y la inspiración. Detrás de ella hay mucho trabajo y sistematización. Esto no quiere decir que el creador sea sólo un experto. En cierta medida lo es, pero no necesariamente. Ambos tienen dominio sobre un campo de acción, pero el creador destaca por su temperamento y actitud.
El creador, dice Gardner, es un insatisfecho con lo que hace, con sus logros, con las normas establecidas en el medio donde se desenvuelve. El creador no busca respuestas nuevas a viejas preguntas, él se formula nuevas preguntas. El creador emprende nuevos caminos y disfruta con la diferencia, no le incomoda sentirse o ser percibido como distinto. No se para ante los desafíos. Es una persona enérgica e inmune a las críticas.
El creador vive en el error. Todos fallamos, pero el creador falla más. Qué importante esto!!, no?. En nuestra sociedad el error se castiga. El creador es una persona dispuesta a pararse una y otra vez para alcanzar el logro creativo. El creador no se duerme en los laureles, sigue buscando, no se para ante el logro. La mente creativa no teme a la incertidumbre y al riesgo. Se deja fluir en la inestabilidad. El creador cuando enfrenta una ola de magnitud opta por subirse a la cúspide de está y “surfearla”, no se instala en las viseras de la ola, dejándose arrastrar y arañar por la arena del fondo marino.
La mente creativa debe ser original y oportuna, la simple novedad o excentricidad no bastan. La oportunidad, el momentum, es clave para saber cuando intervenir. Las oportunidades fluyen, el creador intuitivamente sabe cuando debe innovar.
Para terminar, Gardner nos deja una cita de Nietzche que me parece sublime. El gran filósofo alemán decía “el sintetizador es apolíneo y el creador es dionisiáco”. (!!cuanto nos siguen deleitando los griegos con su reveladora mitología!!!).
Ciertamente la mente sintetizadora busca el orden, el equilibrio, la protección, la belleza armónica, mientras que la mente creativa se alimenta de la incertidumbre y la sorpresa, del caos, del desequilibrio constante y el desafío sin fin. Margaret Wheatley, una excelente consultora organizacional, nos plantea precisamente la idea de que el manejo de la incertidumbre es una de las propiedades más destacadas del manager del futuro.
Texto tomado del blog di eugenia pliego